DIDÁCTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA: BLOQUE 1
Cuando hablamos de lenguaje nos
estamos refiriendo a la capacidad innata que tenemos los seres humanos, que
usamos para comunicarnos. Esta facultad es clave para el desarrollo. Nos
permite pensar, ya que entre el lenguaje y la inteligencia siguieron una
evolución paralela; nos sirve de base para la memoria, tanto de forma
individual como colectiva (folclore). También es el medio de expresión más
extenso, y de la autoexpresión.
No debemos confundir este término
con la lengua: los seres humanos no hablamos el lenguaje, sino unas
concreciones de esta capacidad, lo que llamamos lengua. Las lenguas forman
parte de la cultura de las culturas, y por ello debemos mantenerlas.
Sin embargo, comunicarse, según
D. Hymes, se trata de saber cuándo hablar o no, de qué hablar, con quién, dónde
y de qué manera hacerlo. De esta manera se desarrolla la competencia
comunicativa.
Para adquirir esta competencia,
el niño debe adquirir unas estructuras lingüísticas de una lengua concreta y
debe contar con otras estructuras psicológicas, biológicas y ambientales. Pero,
si el niño presenta un daño en su competencia personal y social, influye en su
capacidad del lenguaje, tanto oral como escrito. Los niños se comunican desde
los primeros momentos, mediante llantos, risas, muecas… para llamarla atención
de su entorno. Pero para que exista la comunicación, tiene que haber una
reciprocidad, que llamamos diálogo.
Con respecto a la expresión oral,
cabe decir que es un objetivo difícil de valorar, que hoy en día no se trabaja
apenas de manera intencionada, sino que se trabaja muy ligada a la escritura,
ya que se evalúa a la hora de leer un texto en voz alta. Sin embargo, en las
lenguas extranjeras sí se evalúa como instrumento necesario para adquirir estas
lenguas.
Como futura maestra, creo que es
el momento de empezar a cambiar esto, y empezar a desarrollar esta expresión de
verdad. Para ello, no tenemos que limitar este ítem y evaluarlo en la
asignatura de Lengua, sino que lo debemos tener en cuenta en todas las demás
asignaturas. Además, tenemos que entender que, para conseguir una buena
expresión oral, tiene que haber una comprensión, ya que estos dos términos
están íntimamente ligados.
Para poder entender la comprensión oral,
primero tenemos que saber que oír no es lo mismo que escuchar. Oír es
simplemente un mecanismo fisiológico, pasivo. Mientras que escuchar implica
captar e interpretar el mensaje que se oye.
Para este bloque la actividad que
planteo consiste en una reflexión entre toda la clase. Para esta actividad
vamos a necesitar dos sesiones. Durante la primera sesión, les pondré un
cortometraje que principalmente habla de cómo es la vida de los niños en
África. Para contextualizar este vídeo, estas sesiones se llevarán a cabo durante
el mes de noviembre, coincidiendo con el Día Internacional del Niño.
He elegido este tema ya que creo
que es un tema muy cercano a los niños, y del que pueden sacar conclusiones muy
interesantes. Además, durante el período de prácticas de este curso, descubrí
este vídeo, y me gustó mucho, aunque no llegásemos a haber hecho un diálogo
entre toda la clase. Por eso, he decidido aprovecharlo para esta actividad
Esta actividad la llevaría a cabo
en el curso de sexto de primaria, ya que, según la teoría de Erikson, a esta
edad empiezan a saber quiénes son, y empiezan a formar su propia identidad. Además, según Piaget a esta edad los niños
se encuentran en la etapa de operaciones formales, donde empieza a surgir el
pensamiento abstracto, pudiendo razonar sobre suposiciones. De esta manera
podrán reflexionar acerca de un hecho que a ellos no les toca directamente como
es la prohibición de ir a la escuela en algunos países. Así, aunque ellos sí
que puedan acudir a la escuela, pueden saber que pueden sentir aquellos que no
pueden.
El vídeo reproducido será el
siguiente: https://www.youtube.com/watch?v=meLXFLl1FE8
En la segunda
sesión llevaremos a cabo el diálogo en gran grupo. Para ello, tras haber
visualizado el vídeo, cada uno habrá sacado sus propias conclusiones, muy
diferentes de las del resto. Por tanto, ha llegado la hora de ponerlas en común.
Para ello, los alumnos se colocarán en un círculo, de manera que todos nos
veamos las caras, para facilitar la escucha unos a otros.
Para iniciar
este diálogo, en primer lugar, les preguntaré:
¿Qué os ha parecido?
¿Qué aspectos
os han llamado la atención?
Aunque vayan hablando
y comentando entre ellos, llevaré esta serie de preguntas para orientar el diálogo.
Además, después de la intervención de cada alumno, les preguntaré: ¿Alguien está
de acuerdo? ¿qué pensáis?
Desde vuestro
punto de vista, ya que podéis acudir a la escuela, ¿qué os parece que muchos
niños no puedan disponer de este privilegio?
¿Cómo creéis
que se siente Binta? ¿Y Soda?
¿Qué os ha
parecido la idea de Binta? ¿Cómo pensáis que se podría solucionar este problema?
¿Por qué creéis
que actúa así el padre de Soda?
¿Creéis que
es importante la Educación para todo el mundo?
Además del
tema del Derecho a la Educación, ¿qué otros temas queréis resaltar que os hayan
parecido interesantes? ¿Cuáles?
Para regular
los tiempos de intervención, los alumnos partirán con un tiempo determinado, en
este caso será de 6 minutos. Ellos mismos son quienes tendrán que ir regulándose
en sus intervenciones. El objetivo es gastar la mayor parte de ese tiempo de
manera ordenada y siempre respetando el turno de palabra de los demás
compañeros. Si gastan todo ese tiempo, ya no podrán volver a intervenir, por
tanto, tendrán que estar pendientes. Para controlar este tiempo, dispondremos
de un cronómetro, que iré supervisando. De esta manera, el niño que no para de
molestar irá limitando sus intervenciones.
En el caso de que, este niño o
cualquiera moleste a sus compañeros, hable por debajo de quien está
interviniendo o situaciones similares, se les podrá sancionar con el cronómetro,
quitándoles tiempo, aparte de en la evaluación de la actividad.
En el caso
del niño que apenas interviene, si a pesar del reto del tiempo sigue sin intervenir,
le iremos animando poco a poco, mediante las preguntas anteriores, y finalmente
motivándole cada vez más con respecto a su tiempo. Para conseguir el éxito y
que acabe participando, debemos conocer las razones por las cuales no interviene,
y a partir de ahí, centrarnos en su “problema” y poder plantearnos una solución.
Si por el contrario, nos centramos simplemente en que tiene que participar sin
importar las razones, no conseguiremos nada.
Para evaluar esta actividad, llevaré a cabo la siguiente rúbrica, donde evaluaré tanto la expresión oral como contenidos actitudinales.
Aspectos a evaluar.
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Poco
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Normal
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Bien
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Muy bien
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Respeta a sus compañeros mientras intervienen.
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Escucha y está atento a los demás e intercambia puntos de vista con
ellos.
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Respeta el turno de palabra de los demás.
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Se muestra activo a lo largo del diálogo.
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Acepta la diversidad de opiniones diferentes a la suya.
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Muestra iniciativa a la hora de participar.
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Utiliza un tono y volumen adecuado.
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Utiliza un vocabulario y gramática adecuados.
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Distribuye su tiempo de intervención por sí mismo.
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CONCLUSIÓN:
Primero, la teoría de este
bloque, en su gran mayoría ha sido un poco repetitiva, ya que muchas cosas las
llevamos estudiando desde pequeños, como es el caso de lenguaje, lengua y los
elementos de la comunicación. Aun así, la parte final, donde habla de la expresión
oral y estrategias para trabajarla me ha parecido interesante, ya que es un
tema que en las escuelas apenas se trabaja de manera individual. Siempre se “aprovecha”
cualquier actividad para evaluar esta expresión, pero nunca se destina una sola
actividad para trabajarla.
Por eso me ha parecido muy
interesante el documento de Moodle “Catálogo de actividades de expresión oral”.
No sabía que hubiera tantas actividades y que todas fueran para trabajar la
expresión oral. Pero lo que más me sorprende es que hoy en día, con toda la
información do la que disponemos se siga trabajando esta expresión de manera
tan pobre, sin apenas haber cambiado desde hace tiempo.
Queda claro que con una sola
actividad podemos estar atendiendo a varios contenidos del currículo, pero, al
igual que en las lenguas extranjeras evaluamos por una parte la expresión oral
diferente al resto de contenidos, ¿por qué no hacerlo con nuestra lengua
materna?
Como futura maestra este bloque
me ha aportado una gran cantidad de actividades que usar en un futuro para
empezar a cambiar el enfoque actual de la expresión oral en las aulas. Si
realmente lo que buscamos en la escuela es en parte preparar a nuestros alumnos
para su futuro, ¿no deberíamos enseñarles a comunicarse y a compartir su punto
de vista con los demás? Y para ello creo que “ensayar” esto con sus propios
compañeros les aportará y ayudará a desarrollarse para un futuro donde tendrán
que expresarse en todo tipo de situaciones. Todo esto se consigue creando contextos
que les remitan a su día a día, para que estas les sean cercanas.
De esta manera, estaremos
aportando nuestro granito de arena que poco a poco irá cambiando la Educación e
irá adaptándose al momento en el que se encuentre, respondiendo las demandas del
momento y del entorno. Y, así, devolveremos entre todos el valor a la Educación
que por culpa de un mal uso en las aulas ha perdido a lo largo del tiempo.
WEBGRAFÍA:
Labajo,
I.(2018) Literatura española, literatura infantil y educación literaria.
Madrid. CSEU La Salle.
Rodríguez
Weisz, E (enero 1, 2018). Teoría de Piaget: Etapas del desarrollo cognitivo del
niño ¿tu hijo evoluciona según su edad? Recuperado de: https://blog.cognifit.com/es/teoria-piaget-etapas-desarrollo-ninos/
Labajo, I. (2018) Catálogo de acividades de expresión oral. Madrid. CSEU La Salle.
Una actividad muy bien pensada y planteada... hasta el momento en el que incluyes tiempos de intervención. Al hacerlo, has eliminado la posibilidad de que sea social y real (porque los niños proactivos evitarán comentar para no perder su tiempo y porque todos estarán pendientes de cuánto les queda hasta agotar este tiempo en lugar de atender a sus compañeros).
ResponderEliminarNo hace falta que te los niños intervengan en igualdad de condiciones de un modo tan estricto. Puede que este diálogo motive más a unos que a otros y que los primeros hablarán más que los segundos. Pero si haces otro diálogo 15 días después, a lo mejor el tema es más motivador para otros.
Para que realmente sea una actividad de diálogo en gran grupo y no una simple sucesión de argumentaciones individuales - como los temas extraídos de una lluvia de ideas o como una asamblea de EI -, debes asegurarte de que cada respuesta que se dé, sea comentada, debatida, completada... entre todo el grupo hasta que se agote, antes de pasar a una idea nueva. Lo más importante es que no sea: yo pienso que sí por esto, yo pienso que no por aquello... sino que se escuchen y se respondan unos a otros y eso les obligue a argumentar sobre sus propias argumentaciones y sobre las de los demás. Deja claro en tu actividad cómo vas a hacerlo porque puede parecer una pequeñez, pero es lo que diferencia un tipo de acto comunicativo egocéntrico de otro social.
En la evaluación, debes incluir también una tabla de autoevaluación para los niños, con los mismos items que tú vas a evaluar pero presentados de forma sencilla y con una descripción de niveles de consecución tipo: nunca-a veces-siempre o mal-regular-bien-muy bien. Cada vez se le da más importancia a hacer partícipes a los niños de sus aciertos y errores, de que tomen las riendas de su propio desarrollo de competencias. Para ello es importante que se autoevalúen y se pongan retos de aspectos a mejorar y potencien sus puntos fuertes.
Incluye, además, una breve retroalimentación (oral y pública) para cada niño. Un punto débil para mejorar (solo uno cada vez) y un punto fuerte para reforzar y felicitar (uno solo también). De esta forma, ninguno se siente mal. Aunque los niños se autoevalúen, necesitan saber qué hacen bien y qué deben mejorar desde una perspectiva externa.
Y, para ser del todo justa, pregunta también a los niños sobre la organización y desarrollo de la actividad para que te ayuden a autoevaluarte.